Empastamiento Cloacal en Pollos de Carne
Sandro Cerrate, PhD
Credinser LLC, Madison, Alabama
Publicado: 25 de Marzo, 2020
La aparición de empastamiento cloacal generalmente se observa después de los tres días de edad cuando los pollitos dependen principalmente del alimento en lugar de su saco vitelino. Algunos lotes de aves presentan empastamiento cloacal con mayor frecuencia que otros, siendo su incidencia variable y difícil de rastrear. ¿Cómo se puede prevenir o tratar? ¿Podría esta característica dañar el crecimiento o la tasa de conversión alimenticia a la edad del beneficio?.
Metabolismo del ciego
Los empastamientos de cloacas se producen porque la excreta del ciego tiene una consistencia pegajosa y por lo tanto no se libera por completo cuando se combina con la excreta intestinal (Figura 1). Varios factores pueden afectar la composición del contenido del ciego tales como las condiciones de estrés por calor producidas durante la incubación, transporte y período de cría. La función principal del ciego es absorber agua, desde el lumen intestinal hacia el cuerpo. De modo que, durante el proceso de jadeo para liberar calor, los pollitos no solo pierden agua, sino que también la digesta de los ciegos pierden agua y se tornan pegajosos debido a un desbalance de los microorganismos del ciego. De los cuales estos microbios transforman la fibra o los ácidos grasos de cadena larga en ácidos grasos de cadena corta, entre ellos los ácidos acético, propiónico y butírico, así que cualquier desequilibrio en el ecosistema alterará la digestión de grasas o fibras. De lo descrito se resume que el empastamiento cloacal se produce al reducirse la digestión de ácidos grasos o fibras, así como el contenido de agua en los ciegos. Cualquier aditivo que facilite la digestión de ácidos grasos o fibras y la hidratación en las aves ayudará en la incidencia de cloacas limpias por un buen funcionamiento de los ciegos.
Figura 1. Empastamiento cloacal.
Temperatura de cáscara de huevo
En granjas comerciales, los pollitos provenientes de una incubación con elevadas temperaturas de cáscara de huevo (> 102 oF) y elevadas temperaturas en la crianza alterarán el metabolismo de los ciegos y consecuentemente aumentará la incidencia de empastamiento cloacal. Asi mismo, se ha demostrado que estas temperaturas altas reducen los pesos al nacimiento y a los siete días, desde 159 g a 152 g (Figura 2; Lourens et al. 2005; Joseph et al. 2006; Leksrisompong et al. 2009; Molenaar et al. 2011); estos siete gramos de diferencias se convertirán a la edad del beneficio en alrededor de 50 gramos. En particular, aves provenientes de una elevada temperatura (>= 102 oF) de la cáscara del huevo redujeron el peso vivo en 50 gramos a los 42 días (Molenaar et al. 2011) y también el intestino delgado (14-21d, Leksrisompong et al. 2007; 0-28d, Diaz et al. 2016). Esta última característica podría afectar negativamente la absorción de nutrientes como los ácidos grasos. Cabe resaltar que la relación entre temperaturas altas y empastamiento cloacal se ha observado en el campo sin ningún dato científico que respalde esta observación aún.
Figura 2. Efecto de la temperatura de la cáscara de huevo sobre el intestino delgado y peso vivo a los siete días.
Nota: Información del intestino delgado (Leksrisompong et al., 2007) y promedio del peso vivo a los siete días de varios estudios como indicado en el texto.
Temperatura de crianza
Durante estos días modernos, no es extraño observar que los pollitos durante los primeros días de edad están en condiciones de jadeo, lo que indica que necesitan menos calor de crianza. Una serie de estudios entre el 2,000 al 2,010 indican que las temperaturas elevadas de crianza se han reducido en comparación con la década de los 70’s (Figura 3). Concretamente, en el estudio reportado en 2016, los pollitos necesitaban 27 oC durante los primeros siete días para obtener la mejor conversión alimenticia (Candido et al. 2016), en cambio, los pollitos de 1975 requirieron más calor entre 31 oC y 35 oC para obtener la mejor conversión alimenticia (Harris et al. 1975). Por consiguiente, si las condiciones de cría no se ajustan para evitar el sobrecalentamiento durante los primeros siete días, la incidencia de empastamiento cloacal podría aumentar.
Figura 3. Temperatura en crianza y genética.
Nota: Temperatura durante los primeros siete días del cual reportan la mejor conversión de alimento a la misma edad. Basados en Harris et al. 1975; Renwick y Washburn, 1982; Deaton et al. 1996; May y Lott, 2000; Silva et al. 2009; Candido et al. 2016.
Emulsificantes
Uno de los primeros artículos en publicar la relación entre empastamiento cloacal y la relación de conversión alimenticia fue el de Roy et al. (2010) al agregar un emulsificante exógeno en condiciones climáticas tropicales. En este artículo, la incidencia de empastamiento cloacal se redujo del 40% al 15% durante los primeros 10 días de edad, y también la relación de conversión alimenticia y el peso corporal a los 39 días mejoraron de 1.86 a 1.77, y de 1,983 g a 2,035 g respectivamente en los pollitos alimentados con 1% de emulsificante y con 2.8-3.5% de aceite de palma (Figura 4). En este estudio, la alta incidencia de empastamiento cloacal podría verse exacerbada debido a las condiciones tropicales, que en condiciones prácticas su incidencia suele ser menor, <3%. Usando la proporción de empastamiento cloacal y la relación de conversión alimenticia ajustada a un peso corporal similar (CAadj), el CAadj de un punto, 0.01, podría ser equivalente al 2% de empastamiento cloacal. Después de este estudio, otros investigadores también han probado este emulsificante exógeno en particular, pero sin registrar la incidencia de empastamiento.
En general, los emulsificantes mejoraron la digestibilidad de la grasa y la fibra al ser más efectivos en términos de CAadj (3-7 vs 8-10 puntos) en dietas con menor contenido energético, -100 kcal / kg (Kaczmarek et al. 2015; Zhao y Kim, 2017), porque la grasa y la fibra se digirieron más en las dietas con menor contenido de energía. Por ejemplo, en pollos alimentados con emulsificantes, la digestibilidad de la fibra aumentó en un 6%, desde 6.6% al 12.4%, en las dietas con contenido energético estándar, pero mejoró aún más, en un 15%, desde 3% al 18% cuando el contenido energético fue reducido en 100 kcal / kg (Kaczmarek et al. 2015). Esta mejora en la digestibilidad de la fibra sugiere que el microbiota del ciego es más activo para descomponer la fibra en ácidos grasos de cadena corta. Si se observan pollitos con una alta incidencia de empastamiento durante los primeros días de edad, una buena práctica podría ser agregar el emulsificante en forma líquida en el sistema de agua del galpón para mejorar sus efectos negativos.
Figura 4. Efecto de emulficante sobre empastamiento cloacal y conversión de alimento.
Probióticos
La incidencia de empastamiento cloacal también se redujo desde el 26% al 11% durante los primeros 14 días en pollos alimentados con lactobacillus (de Cesare et al. 2017). En esta investigación, la adición de lactobacillus mejoró estadísticamente la conversión alimenticia en 0.02 centésimas, o dos puntos de conversión (Figura 5). Los lactobacilos o probióticos beneficiosos facilitan la degradación de los ácidos grasos y la fibra en ácidos grasos cortos que ayudan al metabolismo del ciego. Además, la adición de lactobacilos aumentará la producción de acidificantes endógenos como ácidos acético, propiónico, láctico y butírico, que también se denominan ácidos grasos cortos, ácidos volátiles y ácidos orgánicos. Esta abundancia de ácidos orgánicos en el intestino reducirá el pH intestinal, mejorará la absorción de nutrientes intestinales y, al mismo tiempo, disminuirá la población de microorganismos patógenos como el Clostridium Perfringens. Este último microorganismo desactiva los ácidos biliares disminuyendo sus propiedades emulsificantes naturales de las grasas (Knarreborg et al. 2002), reduciendo así la absorción de grasa y la conversión hacia ácidos grasos cortos.
De modo que, adiciones de acidificantes exógenos, prebióticos como oligosacáridos, aceites esenciales como timol y carvacrol, o enzimas de fibra exógena (Hassan et al.2010; Hashemipour et al.2016; Ding et al.2018; Ten y Kim, 2018), podrían también ayudar a reducir los microorganismos patógenos y aumentar los lactobacilos, ácidos grasos volátiles y posiblemente cloacas limpias en los pollitos. No obstante que los probióticos como los lactobacillus han sido probados científicamente para reducir la aparición de empastamiento cloacal, este efecto positivo no ha sido probado científicamente en los otros aditivos como enzimas de fibras exógenas, prebióticos y acidificantes. Sin embargo, en el campo la adición de acidificantes (ácido acético) ha reducido la incidencia de empastamiento cloacal.
Figura 5. Efecto de Lactobacilos sobre empastamiento cloacal y conversión de alimento.
Conclusiones:
- Las temperaturas más altas de la cáscara de huevo (> 102 oF) y las temperaturas de crianza alterarán el metabolismo del ciego reduciendo su contenido de agua, y la digestión de grasas y fibras; que consecuentemente aumentará la posibilidad de empastamiento.
- Agregar emulsificantes exógenos mejorará la digestión de grasas y fibras y, por consiguiente, reducirá la incidencia de empastamiento cloacal.
- Añadir probióticos mejorará la digestión de grasa y estimulará la producción natural de ácidos grasos volátiles obteniendo una reducción de los empastamientos. Además, otros aditivos como fibra enzimática exógenas, prebióticos, acidificantes y aceites esenciales ayudarán en el metabolismo del ciego, evitando una posible incidencia de empastamientos.
Referencias:
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